Hoy se cumplen exactamente dos años desde que comencé mi camino en la práctica del Aikido, y parece que ha sido toda una vida...
Comencé unos cuantos meses más tarde que los compañeros más veteranos del Dojo, pero a día de hoy puedo decir que con sacrificio, entrega y dedicación he conseguido si no ponerme a su altura técnicamente, si acortar ese gran trecho que nos separaba.
En estos dos años he conocido a multitud de compañeros de práctica en los cursos y entrenamientos conjuntos, y con orgullo puedo decir que una vez doblegados los barrotes mentales del principiante, he logrado conectar con ellos dentro del tatami, incluso con algunos fuera de el, soy muy afortunado de que así sea.
Me acuerdo mucho de los compañeros de Larraona que por diversos motivos decidieron dejar la práctica del Aikido, en especial de Kutxo, que comenzó conmigo a descubrir este mundo pero que tuvo que abandonar por problemas musculares que arrastraba desde años atrás, estoy convencido de que algún día nos reencontraremos en un tatami haciendo Aikido, pero hasta entonces se que cuento con su amistad inquebrantable y sincera.
Mención especial para la familia que forma el Aikido del gimnasio Adaka, de los que tanto aprendí en verano y de los que continuo aprendiendo intentando entrenar con ellos una vez a la semana siempre que me es posible.
Y no podía olvidarme de Sensei Traver, que desde la distancia siempre tiene a bien escribirme unas líneas cuando necesito ayuda o consejo, o cuando comentamos este o aquel curso, o simplemente nos escribimos para saber que tal nos va.
En definitiva, muchas gracias a todos aquellos que de una u otra forma, en el tatami, por internet, en el blog, etc, han logrado que no desfallezca ni pierda la ilusión por esto del Aikido, muchas gracias por ayudarme, espero que nos podamos leer el 2 de Febrero de 2013, eso será buena señal, buena no, magnífica!