Recapitulando 2018

Durante 2018, el blog quizás debería haberse llamado "Diario de un Mangaka"

En general, el año 2018 para mi ha sido un desastre, por no utilizar una palabra malsonante. Ya empezó torcido con la marcha inesperada de Jose y con ese lastre la verdad es que no ha habido forma de remontar, cómo se podría verdad?, demasiada pérdida para el que aquí escribe.

Poco antes de semana santa se marchó también "Sorgi", mi fiel y pequeña compañera perruna durante los últimos doce años. Nunca un cuerpo tan pequeño albergó tanta fidelidad y cariño desinteresados, siempre dispuesta para acurrucarse y dar compañía en los buenos y malos momentos.

A trancas y barrancas llegué hasta Junio entrenando, más o menos de forma asidua, pero tras la visita de Ricardo y Lilian a Pamplona, de la cual guardo un grato recuerdo y espero poder repetir, mi desconexión total de los tatamis llegó finalmente. 

Han sido meses duros, por motivos personales con los cuales no os quiero aburrir, los que han pasado hasta llegar al día de hoy. He aprovechado mi inactividad física para leer, y mucho la verdad, sobre todo manga como habréis ido descubriendo en las diferentes entradas. Todavía me quedan muchas reseñas que realizar, mi colección avanza mucho más rápido que mi ritmo de publicaciones, pero no hay prisa, todo llegará.

Y todo esto nos lleva a hoy, 31 de Diciembre, con un nuevo año que se vislumbra en el horizonte. Mi primer objetivo es prepararme, en medida de lo posible, para poder colaborar activamente en la demostración de Aikido que tendrá lugar el 19 de Enero en el FAN y a partir de ahí retomar los entrenamientos activos para volver a la "normalidad". Para ello cuento con una frase muy poderosa:

Me he dado cuenta que donde estoy no es donde quiero estar, las circunstancias me han empujado a un lugar oscuro del que voy a salir por lo civil o lo criminal. Me va a costar horrores, no hay duda, pero todo cambio conlleva un esfuerzo y, sobre todo, dar ese primer paso.

Dentro de poco 2018 solo será un vago recuerdo, como un mal sueño. Toca enfundarse de nuevo la armadura maltrecha y ajada por cientos de escaramuzas, y recuperar la ilusión por el Aikido y todo lo bueno que aportó en una época no tan lejana de mi vida.

Nos vemos en breve sobre el tatami...