lunes, 9 de septiembre de 2013

La rana y el escorpión

Shinsei y Bayushi
Se dice que cuando lo Hijos del Sol y la Luna celebraron su gran torneo para ver quién gobernaría. Bayushi estuvo de pie y observó a sus hermanos y hermanas luchar, cuando vio a Shinsei aproximarse...









 Bayushi dijo..
“Pequeño maestro, tengo una pregunta para ti.”
Shinsei no dijo nada, únicamente se concentró en el torneo.

Bayushi continuó.
”Espero ganar el torneo, pero no sé si me estrategia lo logrará.”
“Hay más de una forma de ganar el torneo” - dijo Shinsei.
Bayushi se sentó cerca de Shinsei y le dijo:
“Cuéntame.”
Shinsei asintió y empezó.
“Hubo una vez una pequeña ranita que vivía cerca del río. Un día, un escorpión que pasaba por allí le pidió a la rana si podía llevarle al otro lado.”
Bayushi sonrió.
“Conozco esa historia, pequeño maestro.”
Shinsei frunció el ceño.
“¿Estás seguro?” - esperó un momento, observando aún el torneo. Bayushi se calló y esperó que continuara.
“El escorpión le dijo a la rana:
“Llévame al otro lado del río”
 La rana le respondió:
“No lo haré. Porque si lo hago me picarás”
 El escorpión replicó:
“No lo haré. Porque si lo hago nos ahogaremos los dos.”
Bayushi asintió impaciente.
“Sí, sí, he oído esa historia.”
Shinsei frunció el ceño de nuevo.
“¿Estas seguro?” - esperó un momento, observando aún el torneo. Bayushi se calló y esperó a que continuara.
“La rana vio sabiduría en las palabras del escorpión, así que le dejó subir a su espalda y empezó a nadar cruzando el río. Casi a mitad de camino, sintió una dolorosa punzada en su espalda...”
“¡Sí, sí! ¡Conozco esa historia!” - Exclamó Bayushi.
Finalmente Shinsei se giró para mirar a los ojos de Bayushi.
Bayushi se calló.
“Lo siento, pequeño maestro. Por favor, continúa.”
Shinsei volvió su mirada hacia el torneo.
“La rana sintió el veneno del escorpión fluir hasta su corazón, y mientras se le acercaba la muerte, ambos empezaron a hundirse en las frías aguas.”
Shinsei hizo una pausa, pero Bayushi permaneció en silencioso. “justo antes de que su nariz de hundiera en el agua, la rana dijo:
“¡Escorpión, ahora ambos nos ahogaremos!”

Pero el escorpión sonrió...” - Shinsei hizo una pausa y se volvió para mirar a Bayushi “...y le dijo:
Pero ranita yo sé nadar.”
Bayushi se sentaba cerca de Shinsei, su rostro mostraba una aturdida sorpresa. Luego, lentamente, empezó a sonreír. “Comprendo, pequeño maestro.”
Shinsei dio un rápido golpe con su bastón en la boca de Bayushi. Sus labios se partieron y la sangre le salpicó. Bayushi saltó sobre sus pies y puso su mano sobre su rostro.
“¿Por qué has hecho esto?” - dijo a través de sus labios machacados.
“El dolor es la única recompensa del mentiroso. Tu cara me decía una cosa y tus ojos otra. Tenía que recompensar a uno de los dos, así que elegí recompensar tu rostro mentiroso.”
Bayushi permaneció silencioso mientras su sangre goteaba en el suelo.
Y lenta y dolorosamente, sonrió. Rasgó un trozo de tela de sus ropas, envolvió en él su rostro y se dirigió al torneo... y perdió a propósito.
Luego volvió hasta Shinsei y se inclinó profundamente ante el pequeño maestro.
Shinsei asintió..
“Ahora sabes cómo nadar”

4 comentarios:

  1. Buenos días Guillermo,
    Muchas gracias por esta reflexión del lunes, un abrazo

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    Respuestas
    1. Jejejeje tiene más miga de lo que parece en un primer vistazo...

      Un abrazo Carina.

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  2. Hola, Guillermo,
    Muy interesante esta version de este cuento.
    Gracias por compartilo.
    Abrazo.

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    Respuestas
    1. Si, una versión adaptada, muchas gracias por tu comentario, y te deseo unas felices vacaciones junto a Lilian!

      Un abrazo.

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