Muchas veces, quienes nos dedicamos a ”esto del Aikido”, escuchamos
frases filosóficas y metafóricas que a menudo (sobre todo cuando uno lleva poco
tiempo) pueden parecernos lejanas proclamas de iluminados maestros orientales.
Sin embargo, poco a poco, uno descubre que son reales afirmaciones tales como: “el
Aikido es más que un arte marcial” (o al menos eso me parece a mí). Un día descubrí
que ya no solo lo practico en el tatami, sino también en otros aspectos
importantes de mi vida.
A través del entrenamiento físico Tori-Uke uno descubre la importancia de
conceptos vitales como Kokyu (respiración), Tada-ima (solo el
ahora), y Ki (energía
vital). Necesitaríamos toda una vida para estudiarlos o analizarlos, pero voy a
tratar de explicar de una forma sencilla de qué manera los extrapolo a mi vida.
En el libro de Misogi Saotome: -Aikido o la
armonía de la naturaleza- encontré una descripción metafórica de Kokyu, que aun siendo sencilla, resulta
fundamental: “El roble protege y alimenta
a ardillas y pájaros. A cambio, tras su muerte, estos enriquecen el suelo y así el roble puede nutrirse y
llevar a cabo su función de protección”. Para nosotros respirar es una
función vital, pero con esta descripción entiendo que es algo más: respirar no
solo consiste en inspirar y exhalar, sino en nutrir nuestras células y nuestro
espíritu con la energía que circula por el universo (Ki).
Entiendo este acto como una rueda de la vida.
Tomo prestado y devuelvo. Esta acción ocurre en cada técnica de Aikido: inspiro y acepto el ataque de uke , expiro y
devuelvo su energía limpia y depurada. Este acto tan simple hace que me sienta
integrado en la naturaleza como parte activa y me aleja de la visión posesiva
de la vida y la muerte.
Entonces: ¿no seremos cada uno de nosotros una
acción de Kokyu (robles, ardillas…)?, ¿no podrían estos pensamientos ayudar a
los guerreros samuráis a prepararse para la muerte y aceptarla como un acto de
la naturaleza?
En
cuanto al concepto Tadaima (solo el
ahora importa, el pasado no existe, el futuro tampoco), aplicándolo
al Aikido: si nos adelantamos a la acción de UKE, él adivinará nuestro movimiento y nos alcanzará
con su ataque. Y por el contrario, si tardamos mucho ocurrirá lo mismo.
Entonces: vivimos demasiado preocupados por el futuro. Percibamos el
presente y dejemos fluir el tiempo. En la naturaleza están desarrollándose
millones de situaciones vitales que escapan a nuestra percepción por no vivir
el instante presente.
Propongo dejar de preocuparnos tanto por los
simples problemas materiales. Eliminemos el ego que no deja de ser una mera
manifestación de nuestro “cuerpo físico”, y vivamos cada instante como único e
insustituible en consonancia con la armonía de la naturaleza: ¡Saquemos el Aikido de los
tatamis, y continuemos el camino de la evolución del universo!.
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Totalmente de acuerdo cuando Sensei Artola habla de eleminar el ego, al final lo único que genera son roces y disputas, que lejos de llegar a algún sitio, lo que consiguen en enrarecer y estropear nuestras relaciones con los demás. Muchas gracias por la reflexión Txemi!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy hermosa reflexión, muchas gracias Sensei Artola
ResponderEliminarun abrazo
Buenos Dias a Guillermo y a todos,
ResponderEliminarMuy buena la reflexión de Artola Sensei, esta frase en particular nos hace a reflexionar: "¿no seremos cada uno de nosotros una acción de Kokyu ?"; tiene un sentido mas allá do que el simples respirar, siendo solamente accion el ego desaparece.
Muchas gracias por compartir este bello texto Sensei.
Abrazo.
Este texto es solo una pequeña parte de los secretos que esconde tras de si el aikido para mi , supongo que otras personas sentiran diferente, eso desmuestra que hay un largo camino que recorrer....txemi.
ResponderEliminarBuenas Tardes, Sensei,
EliminarCreo que has mostrado el verdadero rostro del Camiño, que permea los Artes Marciales.
Muchas gracias una vez más.
Abrazo.