Con este post terminan las aventuras y desventuras de Adrià por China, estoy seguro que en el futuro hará muchos más viajes, solo espero que nos los narre como ha hecho con este y así podamos disfrutar nosotros también desde la distancia. Muchas gracias Adrià por todos estos meses de interesantes crónicas, vamos a echar de menos tu sombrero de aventurero en este pequeño blog.
Dia 7
a 10
El
primer día en Shangrila, decidimos (una chica francesa, un alemán y yo) alquilar
unas bicicletas e ir a dar una vuelta alrededor de un lago llamado Napa y los
inmensos prados verdes que lo rodean, en total hicimos unos 45Km, en la mitad
de la excursión nos pilló una buena tormenta (ahora empieza la temporada de lluvias)
y terminamos bien pasados por agua. Por el camino, y cuando dejo de llover, aparte
de quedarnos impresionados por las llanuras y no tanto por el lago que estaba
bastante vacío, pudimos ver a la gente que vivía por allí con sus vestidos
tradicionales que usan día a día y sus casas, que si no son simples cabañas,
presentan una arquitectura muy diferente a la china y son realmente grandes,
con madera tallada y las paredes inclinadas hacia dentro.
Una
curiosidad que aprendimos de la etnia Mosu fue que son una de las ultimas
sociedades puramente matriarcales que existen y aparte de eso, los hijos
siempre viven en casa de sus madres. (y que pasa con las parejas de estos?)
pues bien, cuando una mujer Mosu llega a los 13 años, se le da una habitación
privada para ella, en estas sociedad, las mujeres pueden tener tantos
amantes/parejas como quieran de tal modo que el esposo/pareja, tiene que ir
cada noche a visitarla a su casa para luego irse a dormir a la de su madre.
El
segundo día, los tres decidimos alquilar motos para poder ir aun mas lejos. En
total hicimos 105Km entre las montañas, parando para visitar distintos pueblos,
algunos de ellos, los más alejado, no habían visto extranjeros en hacía mucho y
les hizo gracia que visitáramos sus pequeños pueblos. Cuando nos encontrábamos
en lo más alto del recorrido, unos 3700 metros de altura respecto al mar,
encontramos una pequeña cabaña al lado de la carretera donde vendían algún que
otro refresco, snak o sopa instantánea para los conductores de los camiones que
por allí pasaban. Nos detuvimos y les pedimos si nos podían cocinar alguna cosa
porque estábamos muertos de hambre. La pareja que allí residía, nos preparo
unas enormes raciones de fideos de arroz con huevos de las gallinas que tenían
por allí, también nos chocó lo humilde del lugar y como vivía esa pareja allí
arriba de la montaña.
A la
vuelta, nos encontramos con la peor tormenta que he visto en mucho
tiempo, se puso primero a llover muy fuerte seguido de granizo durante unos
instantes, (suerte de llevar casco con la moto) además caían rayos por todas
partes y empezaron a caer piedras desde la montaña hacia la carretera. No nos
quedó otra que seguir avanzando con mucho cuidado y por el medio de la
carretera hasta conseguir salir de allí, por suerte, esta tormenta duró pocos
minutos y no hubo ningún problema a parte de terminar con la ropa mojada y los
zapatos tan llenos de agua que parecían estanques. Al regresar a Shangrila,
pudimos secarnos en el hostal y salimos a cenar algo de yak.
Al tercer día, nos fuimos a visitar el templo de
Songzanlin, un templo budista que se encuentra a las afueras de Shangrila, este
se encuentra a la cima de una colina, y con sus tejados dorados es realmente
impresionante, el templo consta de distintos edificios, cada uno con distintas
deidades, en uno de los lados de este, existen dos edificios pequeños que la gente
no visita normalmente por estar un poco apartados, pero que valen mucho la
pena, uno de ellos, es el templo de los huesos, donde se juntan los toques
budistas con algunos rasgos de magia negra según nos contaron, es un ambiente
completamente distinto y mucho más oscuro.
Por la tarde, ya de regreso al pueblo, nos fuimos a la
plaza principal por que ponían música y la gente bailaba. Un amigo holandés y
yo nos animamos a juntarnos al baile y aunque dimos el cante por no hacerlo
muy bien y ser los únicos extranjeros, nos lo pasamos genial!
El cuarto y último día consistieron en dar una vuelta por
dentro del pueblo y visitar el templo del pollo (si, sé que es un nombre más que
curioso) este templo que se encuentra en lo más alto de todo Shangrila y desde
donde se puede ver todo el pueblo, posee la rueda de rezar más grande del
sureste asiático, es una torre! Para hacerla girar, convencí a unos chicos que
allí había para que me ayudaran y no pudimos hacer nada hasta que se unió más
gente. Entre unas 20 personas pudimos hacer girar la enorme estructura y los
mayores del pueblo que por allí rezaban, se unieron a dar vueltas con nosotros.
Día 11
Al amanecer del quinto día en Shangrila, tocó ir
regresando, así que cogí el autobús dirección Lijiang donde pasé allí el día de
relax paseando por las calles y donde a la noche cogí el tren nocturno dirección
Kunmming. (por cierto, el conductor del autobús Shangrila-Lijiang, llevaba una
espada al lado de su asiento, no sé porque, pero no creo que sea buena idea
buscar problemas con esta gente)
Cuando llegué a Kunming, me fui al hostal donde había
estado la primera noche y dejé allí la mochila para poder ir ligero por la
ciudad. Me fui a visitar el templo de Yuangtong, que resulta ser
uno de los templos budistas más importantes de china y donde estaban haciendo
dos ceremonias distintas, una que parecía dirigida a recordar unos fallecidos y
la otra que era al estilo misa con mucha gente cantando con los monjes. Luego
me fui a dar un paseo por el parque de la ciudad, donde pude ver gente
practicando Taichi y Wingchun cosa que me hizo mucha ilusión ver técnicas y
movimientos que ya conozco. A lo largo del parque, pude ver un montón de flores
de loto que creaban un paisaje muy bonito. También había muchísima gente con cámaras
réflex y objetivos enormes haciendo fotos a las flores.
Finalmente, me crucé con un mercado donde vendían de todo,
incluso animales y insectos. A la tarde, antes de irme al aeropuerto, quedé con unos
amigos que había hecho en el cañón unos días antes para tomar unas cervezas y
despedirnos.
Finalmente me fui al aeropuerto y regresé a Shanghai
terminando este viaje.
Muchas gracias Adriá por tu relato semanal, parece que hicimos el viaje contigo imaginando, los templos, los paisajes, esa gente diferente a nosotros, las tormentas y el siempre grato final con unas cervecitas.
ResponderEliminarun abrazo
Hola, Amigos,
ResponderEliminarQue fantastico viaje, Adrià visitó lugares míticos, siendo que muchos sociólogos y antropólogos que estudian ávidamente la sociedad matriarcal Mosu, nunca pudieron estar en este lugar . Me alegro de que se haya podido disfrutar de todo esto.
Excelentes fotos.
Gracias por compartir.
Abrazo a todos.
Muchas gracias a tod@s por leer lo que Guillermo muy amablemente me ha colgado.
ResponderEliminarEspero q mis aventuras no terminen aquí ;)
Un abrazo y feliz verano!!