martes, 23 de julio de 2013

Crónica final de Adrià (Parte 3 de 3) "The End"

Con este post terminan las aventuras y desventuras de Adrià por China, estoy seguro que en el futuro hará muchos más viajes, solo espero que nos los narre como ha hecho con este y así podamos disfrutar nosotros también desde la distancia. Muchas gracias Adrià por todos estos meses de interesantes crónicas, vamos a echar de menos tu sombrero de aventurero en este pequeño blog.

Dia 7 a 10 El primer día en Shangrila, decidimos (una chica francesa, un alemán y yo) alquilar unas bicicletas e ir a dar una vuelta alrededor de un lago llamado Napa y los inmensos prados verdes que lo rodean, en total hicimos unos 45Km, en la mitad de la excursión nos pilló una buena tormenta (ahora empieza la temporada de lluvias) y terminamos bien pasados por agua. Por el camino, y cuando dejo de llover, aparte de quedarnos impresionados por las llanuras y no tanto por el lago que estaba bastante vacío,  pudimos ver a la gente que vivía por allí con sus vestidos tradicionales que usan día a día y sus casas, que si no son simples cabañas, presentan una arquitectura muy diferente a la china y son realmente grandes, con madera tallada y las paredes inclinadas hacia dentro. 

Una curiosidad que aprendimos de la etnia Mosu fue que son una de las ultimas sociedades puramente matriarcales que existen y aparte de eso, los hijos siempre viven en casa de sus madres. (y que pasa con las parejas de estos?) pues bien, cuando una mujer Mosu llega a los 13 años, se le da una habitación privada para ella, en estas sociedad, las mujeres pueden tener tantos amantes/parejas como quieran de tal modo que el esposo/pareja, tiene que ir cada noche a visitarla a su casa para luego irse a dormir a la de su madre. 

El segundo día, los tres decidimos alquilar motos para poder ir aun mas lejos. En total hicimos 105Km entre las montañas, parando para visitar distintos pueblos, algunos de ellos, los más alejado, no habían visto extranjeros en hacía mucho y les hizo gracia que visitáramos sus pequeños pueblos. Cuando nos encontrábamos en lo más alto del recorrido, unos 3700 metros de altura respecto al mar, encontramos una pequeña cabaña al lado de la carretera donde vendían algún que otro refresco, snak o sopa instantánea para los conductores de los camiones que por allí pasaban. Nos detuvimos y les pedimos si nos podían cocinar alguna cosa porque estábamos muertos de hambre. La pareja que allí residía, nos preparo unas enormes raciones de fideos de arroz con huevos de las gallinas que tenían por allí, también nos chocó lo humilde del lugar y como vivía esa pareja allí arriba de la montaña. 

A la vuelta, nos encontramos con la peor tormenta que he visto en mucho tiempo, se puso primero a llover muy fuerte seguido de granizo durante unos instantes, (suerte de llevar casco con la moto) además caían rayos por todas partes y empezaron a caer piedras desde la montaña hacia la carretera. No nos quedó otra que seguir avanzando con mucho cuidado y por el medio de la carretera hasta conseguir salir de allí, por suerte, esta tormenta duró pocos minutos y no hubo ningún problema a parte de terminar con la ropa mojada y los zapatos tan llenos de agua que parecían estanques. Al regresar a Shangrila, pudimos secarnos en el hostal y salimos a cenar algo de yak.

Al tercer día, nos fuimos a visitar el templo de Songzanlin, un templo budista que se encuentra a las afueras de Shangrila, este se encuentra a la cima de una colina, y con sus tejados dorados es realmente impresionante, el templo consta de distintos edificios, cada uno con distintas deidades, en uno de los lados de este, existen dos edificios pequeños que la gente no visita normalmente por estar un poco apartados, pero que valen mucho la pena, uno de ellos, es el templo de los huesos, donde se juntan los toques budistas con algunos rasgos de magia negra según nos contaron, es un ambiente completamente distinto y mucho más oscuro. 

Por la tarde, ya de regreso al pueblo, nos fuimos a la plaza principal por que ponían música y la gente bailaba. Un amigo holandés y yo nos animamos a juntarnos al baile y aunque dimos el cante por no hacerlo muy bien y ser los únicos extranjeros, nos lo pasamos genial!


El cuarto y último día consistieron en dar una vuelta por dentro del pueblo y visitar el templo del pollo (si, sé que es un nombre más que curioso) este templo que se encuentra en lo más alto de todo Shangrila y desde donde se puede ver todo el pueblo, posee la rueda de rezar más grande del sureste asiático, es una torre! Para hacerla girar, convencí a unos chicos que allí había para que me ayudaran y no pudimos hacer nada hasta que se unió más gente. Entre unas 20 personas pudimos hacer girar la enorme estructura y los mayores del pueblo que por allí rezaban, se unieron a dar vueltas con nosotros.



Día 11

Al amanecer del quinto día en Shangrila, tocó ir regresando, así que cogí el autobús dirección Lijiang donde pasé allí el día de relax paseando por las calles y donde a la noche cogí el tren nocturno dirección Kunmming. (por cierto, el conductor del autobús Shangrila-Lijiang, llevaba una espada al lado de su asiento, no sé porque, pero no creo que sea buena idea buscar problemas con esta gente)



Día 12

Cuando llegué a Kunming, me fui al hostal donde había estado la primera noche y dejé allí la mochila para poder ir ligero por la ciudad. Me fui a visitar el templo de Yuangtong, que resulta ser uno de los templos budistas más importantes de china y donde estaban haciendo dos ceremonias distintas, una que parecía dirigida a recordar unos fallecidos y la otra que era al estilo misa con mucha gente cantando con los monjes. Luego me fui a dar un paseo por el parque de la ciudad, donde pude ver gente practicando Taichi y Wingchun cosa que me hizo mucha ilusión ver técnicas y movimientos que ya conozco. A lo largo del parque, pude ver un montón de flores de loto que creaban un paisaje muy bonito. También había muchísima gente con cámaras réflex y objetivos enormes haciendo fotos a las flores.

 
Finalmente, me crucé con un mercado donde vendían de todo, incluso animales y insectos. A la tarde, antes de irme al aeropuerto, quedé con unos amigos que había hecho en el cañón unos días antes para tomar unas cervezas y despedirnos. 

Finalmente me fui al aeropuerto y regresé a Shanghai terminando este viaje.

3 comentarios:

  1. Muchas gracias Adriá por tu relato semanal, parece que hicimos el viaje contigo imaginando, los templos, los paisajes, esa gente diferente a nosotros, las tormentas y el siempre grato final con unas cervecitas.
    un abrazo

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  2. Hola, Amigos,
    Que fantastico viaje, Adrià visitó lugares míticos, siendo que muchos sociólogos y antropólogos que estudian ávidamente la sociedad matriarcal Mosu, nunca pudieron estar en este lugar . Me alegro de que se haya podido disfrutar de todo esto.
    Excelentes fotos.
    Gracias por compartir.
    Abrazo a todos.

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  3. Muchas gracias a tod@s por leer lo que Guillermo muy amablemente me ha colgado.
    Espero q mis aventuras no terminen aquí ;)
    Un abrazo y feliz verano!!

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