Esta crónica de Adrià me la envió la semana pasada, pero por ser vacaciones no la publiqué, así que esta semana le hemos dado vacaciones y la semana que viene estoy seguro que tendrá un montón de cosas que contarnos, no me cabe duda!
Qué tal?
Esta semana he descubierto que algunos mitos sobre china son ciertos, sabéis aquello de que los chinos no toleran el alcohol? Bien, digamos que algunos amigos del país terminaron muy mal este finde bebiendo muy poco. Pero aparte de eso, la vida nocturna ha sido muy completa, tan completa que los vecinos nos han dado un ultimátum y se nos ha prohibido hacer fiestas en casa… pero no en las casas de los vecinos, así que no pasa nada!!
El domingo fuimos al mercado de la tela ya que al ser el cumpleaños de dos de los compañeros de piso la semana pasada, les regalamos una camisa hecha a medida a cada uno, así que tuvimos que ir para encargarlas, aparte de darnos una vuelta para decidir que nos gustaría hacernos algún otro día.
También esta semana hemos ido a pasear por la zona de la french consession, donde nos perdimos entre las calles descubriendo sitios como el parque de Fushing que es muy bonito y zonas con casas de un estilo más europeo. La zona es bastante grande, así que seguro que hay mucho más para descubrir.
Respecto a los entrenamientos, esta semana, continuamos un poco trabajando en el suelo para incrementar un poco la dificultad y terminando haciendo un estilo de rueda de la muerte (como diría Guillermo ;) ) donde el que estaba en el suelo tenía que quitarse de encima a su atacante, mayoritariamente usando solo las piernas como primera barrera defensiva y no dejar que este se acercara lo suficiente para someterlo con alguna inmovilización, para luego estar atento por que cualquiera que estuviera a su alrededor podía ir a por él e intentar lo mismo. Así unas tres o cuatro veces. También hemos practicado el mítico ataque de la cadena de puñetazos introduciendo variaciones, como que pasa si nuestro oponente nos intenta bloquear un brazo a algo así y por último, he tenido la oportunidad de liderar la ejecución de la primera forma delante de la clase, aunque me queda pulir algún detalle, ya me sale bastante bien creo.
Y regresando a nuestra historia, ahora el tema se nos divide, así que empezare con la versión que creo es la más popular.
La primera versión, nos cuenta que Ng Mui, una gran maestra Shaolín, había empezado a desarrollar un nuevo estilo de arte marcial antes de la destrucción del templo ya que al ser una mujer, cada vez que comparaba su lucha con la de los otros monjes, no podía igualar el nivel físico de los otros monjes. Entonces, un día, observó la lucha entre una serpiente y una grulla (también hay la versión en que se cambia la serpiente por un zorro). Lo que Ng Mui pudo observar, fue que aunque la serpiente intentaba atacar a la grulla por los lados, esta solo tenía que girar un poco para seguir encarada a su enemiga. Cada vez que la serpiente intentaba atacar, la grulla usaba sus alas para desviar el ataque y contraatacar con el pico. Por el otro lado, la serpiente tenía un estilo muy rápido y directo como si fuera un dardo al atacar a la grulla.
Con todas las observaciones que hizo, tuvo unas cuantas ideas que le permitieron crear una arte marcial que fuera mejor que los que utilizaban los otros monjes, ya que aparte de poder ella superar a los demás, tanto ella y sus herman@s monjes, necesitaban un arte marcial superior para poder destruir a los monjes traidores que se habían pasado al lado del gobierno de la dinastía Qing y a sus soldados.
Tras escapar del fuego del Templo Shaolín (el segundo) Ng Mui buscó refugio en el Templo de la grulla blanca, que se encontraba en la ladera de la montaña Tai Leung, en la frontera de la provincias de Szechuan y Yunnan. Allí permaneció de incógnito intentando llamar lo menos posible la atención (no olvidemos que el gobierno se los quería cargar a todos). Ella solía ir al pueblo que había cerca donde compraba todas esas cosas necesarias para el día a día, de este modo, hizo amistad con el propietario de una tienda de tofu que se llamaba Yim Yee. Un día, al hacer su parada en la tienda, observó que algo no iba bien y que había algo raro en Yim Yee y su hija Yim Wing Chun. Tras preguntar, estos le contaron su historia...
Que interesante historia, gracias Adríá y Guillermo por compartirla un abrazo a los dos
ResponderEliminarEn todo caso gracias a tí por pasarte a leer y comentar, y a Adrià por currarse la crónica, yo soy un mero copia-pega en esta ocasión xD
EliminarUn abrazo.
Si, muy interesante este aspecto de la observacion de la monja acerca de los movimientos de los dos animales.
ResponderEliminarGracias a los dos por compartir.
Abrazo.