"Con gran sosiego
camino solo
y solo me regocijo."
Este haiku, escrito por Kobayashi Issa a
finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII, me ha acompañado durante
más de dos décadas. Lo leí por primera vez en una época algo inconsciente e
inconformista, propia de la juventud, en la que nos suele invadir cierta
desazón existencial. Curiosamente, en esa misma época inicié un camino muy
concreto, el del AIKIDO, que aún sigo caminando.
Siempre me ha
parecido que lo más importante del AIKIDO es precisamente el DO, ya que es este
concepto el que nos señala claramente que la disciplina va a requerir tiempo y
esfuerzo, puesto que nadie anda un camino, uno de verdad, en un segundo y sin
despeinarse. No es casual que las disciplinas marciales japonesas incluyan este
concepto en su nomenclatura.
Pues bien, inicié
el camino del AIKIDO hace casi dos décadas. Un camino que ha sido llano,
empinado, sinuoso, abrupto, a través de desiertos, bosques, llanuras, con
repechos para tomar el aire y tramos sofocantes; en el que cuando creía que
había alcanzado la cima ha surgido otra más elevada frente a mí; en el que he
temblado de frío y he sudado a mares; un camino en el que me he tropezado y en
el que me he levantado; que físicamente me ha dejado secuelas pero por el que
sigo avanzando día a día; y, sobre todo, un camino que, a diferencia del
señalado en el haiku, no ha sido
sosegado, pero tampoco he andado solo.
Y es que en este
camino, que a veces se cruza con otros caminos, me he encontrado con mucha
gente, de la cual mucha permanece. Una de estas personas, con la que empecé mi
camino, me dijo una vez: “yo no he venido a hacer amigos”. Si bien esta
sentencia me sorprendió en su momento, la he comprendido con los años y,
curiosamente, esta persona y yo seguimos caminando el camino del AIKIDO y nos
une una buena amistad.
El dojo no es un
club social al que se acude a conocer gente. Sin embargo, sí que es un espacio
en el que se socializa a través del entrenamiento. La relación que se forja en
un dojo de AIKIDO acaba siendo muy sólida y se sustenta en la complicidad entre
tori y uke a la hora de desarrollar una técnica así como en la confianza
mutua que es la que determina el grado de intensidad del trabajo. Al final,
esta complicidad y esta confianza acaban rebasando los límites espaciales del
dojo. El papel del sensei resulta
fundamental en este proceso, pues él mismo acaba siendo un buen amigo.
De esa complicidad
y de esa confianza entre tori y uke nacen figuras como la del senpai, con el que se avanza y se
comparten las experiencias del AIKIDO, siendo una de las más importantes la del
examen, que no es una exhibición pública de habilidades sino un eficaz
ejercicio de aprendizaje que fortalece los vínculos entre los compañeros.
Recuerdo a todos y cada uno de los aikidokas
que me han ayudado como uke en mis
exámenes de grado y recuerdo a todos y cada uno de los aikidokas con los que he compartido su examen como uke.
Por ello es
importante animarse a afrontar un examen. No sólo por el aprendizaje que
supone, sino por los estrechos vínculos que genera entre aikidokas. E, igualmente, es importante compartir entrenamientos
conjuntos, los cuales no son otra cosa que entrenar junto con el resto de aikidokas. Y para mí, entrenar AIKIDO es
compartirlo con los demás.
De manera que la
regocijante soledad del caminante del haiku
ya no tiene sentido para mí. El AIKIDO se comparte o no es AIKIDO. Los egos
personales se diluyen y todo se reduce a la técnica que, en sí misma, y al
margen de alardes filosóficos, encierra el concepto de la no violencia. La
técnica y el trabajo conjunto de tori
y uke son la esencia misma del
AIKIDO.
Que para qué sirve
esto...
A mí me ha servido
durante años para no caminar solo.
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Un honor haber caminado a tu lado Iñaki ....txemi
ResponderEliminarBuenos días a tod@s:
ResponderEliminarUna reflexión muy interesante. Aunque llevo muy poco camino recorrido, desde mi todavía escasa experiencia comparto al 100% la opinión de Sensei Urricelqui. Muchísimas gracias por compartirla con todos nosotros.
Un abrazo y que tengais un feliz día ;)
Miguel C.
Buenos días Guillermo
ResponderEliminarExcelente reflexión, muchas gracias a Sensei Urricelqui y a ti por compartirla, un abrazo
Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios, espero tener la oportunidad de profundizar un poco más en la reflexión con Sensei Urricelqui, sentados y disfrutando de una budo-birra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bella reflexión de Sensei Urricelqui, muchas gracias por compartir con nosotros.
ResponderEliminarAbrazo