Creo que no lo he comentado nunca en el blog, pero tengo un compañero aikidoka en el trabajo, el bueno de Carlos, 2º Dan y de camino al tercero en breve si todo va bien.
Es agradable tener alguien en el curro que no te encasilla, como los otros ciento y pico, en uno de los dos estereotipos habituales: la máquina de matar discípulo de Steven Seagal o el frikazo informático que hace cosas raras japonesas. Creedme que es así!!! xD
A lo que vamos, la anécdota ligera para cerrar la semana laboral...
El caso es que iba yo un día charlando tranquilamente con un compañero de camino a las oficinas cuando de repente me agarran en Ushiro Katate Dori Kubi Shime, cómo no, era Carlos a medio camino entre un Ninja de Koga y un samurai traicionero!!!
Mi reacción instintiva fue llevar la mano apresada a mi centro y meter la barbilla para evitar el estrangulamiento. Ni técnica, ni desplazamiento, ni nada de nada, solo esa reacción instintiva... y me quedé más contento que unas pascuas oiga! xD
Muchas veces pensamos que todo lo que entrenamos no se queda, o peor aún, que necesitamos probarlo ante una agresión real en la calle. En mi opinión, es suficiente buscar en estas pequeñas anécdotas para darte cuenta que si en un entorno seguro y controlado como puede ser el centro de trabajo, en el que la posibilidad de sufrir una agresión es muy remota, tengo una reacción así de sencilla, probablemente estoy viajando por el camino correcto.
Espero no haberos aburrido mucho, os deseo a tod@s un estupendo fin de semana y aprovecho para enviarle un fuerte abrazo a Carlos, que seguro que lee el post y se parte de la risa.
Muy buena tu reacción, Guillermo, ya lo haces instintivamente.
ResponderEliminarExcelente fin de semana para ti.
Abrazo.
Muchas gracias Ricardo, al final se trata un poco de eso, reaccionar instintivamente y con medida, o al menos eso pienso yo ;-)
EliminarUn abrazo.