martes, 12 de enero de 2016

Reflexión: A probar el #Aikido en 2016

Foto cortesía de Eduardo (Adaka)
Tenía dudas sobre si escribir o no este post. Lo cierto es que con el paso del tiempo he perdido un poco la ilusión por intentar convencer a nadie de los beneficios del #Aikido a nivel físico y mental.

Pero al final me debo a mi disciplina y creo que no sería justo intentarlo una vez más, o las que haga falta, ya que quizás el comienzo de año sea para muchos un punto de partida para nuevos propósitos y actividades a realizar.

Sea como fuere ahí va un nuevo intento para todos aquellos que estén pensando en buscar una actividad beneficiosa que les aporte ese "algo diferente" en el día y a día...

No cabe duda que el Aikido no es una disciplina de masas, al menos no en mi tierra, y quizás esto sea debido a que no se ha potenciado nunca su práctica a nivel de "marketing" desde estamentos deportivos, gobierno, ayuntamientos, etc, e incluso, haciendo autocrítica, ni nosotros mismos es que dediquemos mucho empeño y esfuerzo a publicitarlo la verdad.

En cualquier caso, como ya comenté al principio de la entrada, hace ya algún tiempo que perdí esa ilusión que tuve, en el comienzo de mi camino por el Aikido, por intentar convencer a mi entorno de que probara este maravilloso arte marcial. Con el paso de los años me he dado cuenta que de nada sirven las palabras que yo pueda decir, por muy positivas que sean, si el receptor de las mismas no está preparado para escucharlas y sus intereses en la vida son otros muy diferentes.

Este post de hoy va más dirigido a esos posibles lectores despistados que, por alguna maravillosa casualidad de la vida, han caído en este pequeño blog. A todos ellos les comentaría que el Aikido existe y que probablemente tenga mucho que aportarles si están dispuestos a practicarlo con cierta continuidad y seriedad.

Así, a bote pronto, se me ocurren unas pocas cosas que reseñar sobre los beneficios:

  • No existe la competición, con lo que la lucha es con uno mismo, poco a poco rompiendo pequeñas barreras para avanzar de forma estable y continuada.
  • El ambiente humano que rodea esta disciplina, quizás por la falta de competición entre practicantes, casi siempre es fantástico y acabas rodeado de gente que no tiene practicamente nada en común contigo y que sin embargo te enriquece de una forma asombrosa.
  • Se desarrolla la constancia y tenacidad hasta puntos insospechados, al menos en mi caso así ha sido, alcanzando metas que no te creías capaz de alcanzar jamás y no hablo solo dentro del tatami, que esto en la vida es una herramienta muy potente.
  • Te olvidas de todo cuando pisas el tatami. La práctica del Aikido te exige tanto a nivel mental y físico, que te dejas absolutamente todos tus problemas y movidas en el vestuario; claro que ahí siguen cuando sales, esperándote, pero te has liberado durante un buen rato y eso se agradece, creedme.
  • En el mundo actual del aquí y ahora, la inmediatez casi al segundo, no sirve dentro del tatami. Aprendes a tener paciencia y sosiego, sabiendo que solo depende de ti el avanzar un paso más, pero que no lo darás hasta que sea el momento adecuado, no sirve cualquier atajo o forma para llegar.
  • No hay formas cerradas en las técnicas, cada uno expresa su Aikido de forma diferente, cada técnica puede tener un montón de variantes y además cada cual las realizará de acuerdo a su mentalidad y capacidad física, lo que sería total libertad dentro de un caótico orden.
  • Y por último, pero por ello no menos importante, aprendes que las cosas suceden y que lo mejor es aceptarlas, asumirlas e intentar fluir con ellas, en algunas ocasiones interactuando y en otras apartándote sin más. Otra poderosa herramienta para la vida diaria.
 
Esto solo sería un esbozo escrito a todo correr, pero vamos, que no sirve de nada si no lo probáis por vosotros mismos, y no hablo de ir a una clase a probar y juzgar con la experiencia de una hora, el Aikido requiere de algo de tiempo, sobre todo en el primer proceso en el que el cuerpo tiene que amoldarse a todo tipo de técnicas, caídas, proyecciones, etc; os pedirá a gritos quedarse en el sofá al día siguiente, pero bueno, esa es la primera barrera a romper.

Y ya para finalizar, si todo lo anterior no os ha convencido, que seguro que no, tenéis a vuestra disposición toda mi experiencia de casi seis años plasmada en este pequeño blog en más de 1400 entradas, un auténtico tostón que, si alguien así lo decide, podrá comprobar que no miento cuando diga que: el Aikido es de las cosas más geniales que me han pasado en la vida.

Nos vemos en el tatami!!!

6 comentarios:

  1. Buenos días Guillermo,
    Estoy de acuerdo contigo, con todo lo escrito y lo que falta, ya que explorar el Aikido requiere de toda la vida, bueno no quiero asustar a nadie, para empezar simplemente tomarlo como ejercicio físico y método de defensa, muchas gracias y un abrazo

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    1. Me he dejado muchas cosas la verdad, de hecho no tendría tiempo para relatar uno por uno todo lo bueno que aporta el Aikido en general, pero bueno, un pequeño esbozo creo que será suficiente por el momento. Muchas gracias por comentar Carina.

      Un abrazo.

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  2. Gran árticulo primaze, sabes que si no estuviera inmerso en el Karate como lo estoy me metía de fijo en ello. De hecho tengo la intuición de que ciertos aspectos que hecho de menos en el Karate que practico, podría tenerlos con el Aikido que praticais en Adaka. Tiempo al tiempo, jeje, de momento tenemos pendiente volver a juntarnos para seguir la charla de la última vez ;-)

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    1. No hay prisa primaze, ahí estará el Aikido esperando para cuando lo quieras saborear de primera mano. De momento te queda mucho trabajo con el Karate, espero que lo disfrutes!!! Nos vemos pronto.

      Un abrazo.

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  3. Muy bueno texto, Guillermo, pero yo creo que el Aikido nos invita, es algo más allá del racional.
    Muchas gracias por compartir.
    Abrazo.

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    1. Tengo la extraña teoría de que el Aikido te encuentra a tí y no al revés, pero no me hagas mucho caso Ricardo...

      Un abrazo.

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