martes, 17 de marzo de 2015

Reflexión: Tod@s con tod@s?

Cuando comienzas a practicar Aikido, desconozco si en el resto de artes marciales sucede lo mismo, de las primeras cosas que te inculcan son los beneficios de practicar con todos los compañeros del tatami.

Se alega siempre lo bueno que es entrenar con diferentes personas para sentir el Aikido ante individuos altos, bajos, pesados, ligeros, zurdos, diestros, etc, y de esta forma mejorar nuestra propia respuesta ante diferentes condiciones físicas del atacante, pero...

A mi forma de ver este consejo solo sirve para el comienzo de la práctica y solo como acicate para obligar psicológicamente al nuevo aikidoka a no acomodarse en la práctica solo con aquellos compañeros con los que se siente cómodo y seguro.

Pasadas las horas, semanas o años en el tatami acabas descubriendo, o por lo menos a mi me ha pasado, que no siempre es posible llevar a cabo este bienintencionado consejo inicial, y voy a intentar explicar mi punto de vista de forma breve:

Realmente no importan casi nada las cualidades físicas de un compañero a la hora de entrenar Aikido, lo realmente importante es su forma de entender dicho entreno y de ponerlo en practica, con lo cual deduzco que el factor mental es la clave en todo esto.

Por lo general cada uno de nosotros entendemos el Aikido a nuestra manera y nos gusta practicarlo de formas muy diferentes, así que lo que suele suceder la mayor parte de las veces es que, a pesar de tener puntos diametralmente opuestos en ese entendimiento, se busca entre los dos compañeros un punto medio en el que ambos estén cómodos practicando.

Un ejemplo muy simple sería que uno quiere hacer cuatro repeticiones de una técnica en 40 segundos y el otro en 20, lo que sucederá a buen seguro es que terminen, de forma espontánea, haciéndolas en 30. Aunque yo hablo más de un "punto medio" mucho más mental que físico, quería poner un caso anecdótico y sencillo.

Pero queridos lectores, esto es algo que no siempre ocurre, siempre existe un muy bajo porcentaje de personas que no se mueven un ápice de su zona "cómoda" (y están en su derecho aunque no es lo recomendable) en busca de ese punto a medio camino y es entonces cuando, lemantándolo mucho, hay que realizar un sano ejercicio de rehusar unilateralmente a ese consejo inicial que nos dieron las primeras veces que pisamos un tatami.

Evidentemente yo no veo justo tomar esta decisión a las primeras de cambio, pero si tras muchos intentos no consigues congeniar aikidokilmente hablando con una persona no pasa nada, en mi opinión no tienes porque sufrir y pasarlo mal practicando Aikido, ya que es una actividad que realizamos para aprender y disfrutar.

Para ir terminando ya, que se me ha alargado el post algo más de lo que me hubiera gustado, siempre hay que tener una actitud autocrítica y no pensar que tu incomodidad viene dada por el compañero que tienes en frente, a veces el problemilla lo puede tener uno mismo y sería muy honesto evaluar activamente esa posibilidad y, en medida de lo posible, corregir el contratiempo de forma rápida y definitiva.

6 comentarios:

  1. Es curioso,que en la practica dentro del tatami ,a pesar de estar perpechados tras el keikogi y la hakama ,me da la sensacion de que estamos totalmente desnud@s,no te emociones amigo guillermo,me refiero a que las caretas o escudos que tod@s usamos en nuestra vida normal,aqui no sirven,y es facil darse cuenta de las verguenzas y cualidades de cada uno,unos son mas generosos ,otros mas suyos,otros timidos otros miedosos,en fin una bonita manera de conocer gente de verdad.....

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  2. Hola Guillermo,
    Ya sabes lo que dice mi maestro la práctica es como una conversación, en la que hay que esperar que tu interlocutor termine de hablar hasta que lo hagas tu, siempre hay que esperar por uke y saber llevarlo. A mi me gusta practicar con todos y lo digo de verdad, sobre todo en mi dojo, no me gusta practicar con aquello que creen saber más que nadie, algo que me podría pasar sólo en un curso, ya que nuestro maestro no permite esas actitudes, por eso en nuestro dojo todo practicamos con todos.
    Reflexiona y muchas gracias por tu sinceridad
    un abrazo

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  3. Buenos Días, Guillermo,
    Pienso que entrenar con diferentes personas enseña à nosotros a comprender las diferencias de pensamientos y niveles de conciencia que existen; nos muestra la realidade del cotidiano. Pero me quedo con las innumerables amistades que se mantienen hasta hoy,mesa en el Aikido, sea en otras Artes Marciales; como dice Carina, es realmente una conversación, pero, al final todos con un objetivo en común, que es, En este caso, el Aikido, lo que nos unifica.
    Muchas Gracias por tu reflexión.
    Abrazo.

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  4. Estoy totalmente de acuerdo con vuestro punto de vista, lo que me confirma que no se ha terminado de entender quizás lo que quería exponer, culpa mía. En un futuro igual me animo a completar esta reflexión y dejarla más clara, no obstante, os agradezco sinceramente vuestros comentarios y aportaciones.

    Un abrazo a los tres!

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  5. Efectivamente la empatía no tiene porque ser algo consustancial al Aikido como no lo es en ninguna actividad realizada en grupo. Subliminar el Aikido que realizaba O Sensei es comprensible si hemos entendido " el mensaje" y lo hemos "realizado" pero sinceramente no conozco ni visto a nadie (digo bien, a nadie) que haya alcanzado este despertar consciencial. No nos frustremos pues si esta "conversación" entre Aikidokas no se produce siempre y aceptemos lo que generosamente cada cual nos ofrece al tiempo que ofrecemos lo que mejor sabemos.
    Un saludo
    Dominique

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    1. Se me había pasado por alto este comentario Dominique, mi más sinceras disculpas por no responder antes. Muchas gracias por aportar tu punto de vista, como siempre un placer leer tus tranquilas y serenas palabras.

      Un abrazo.

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