El domingo pasado vivimos una jornada de recuerdo a nuestro añorado compañero Jose. Sobre el tatami y con los sentimientos s flor de piel, rendimos merecido homenaje muchos aikidokas, venidos de diversos Dojos para presentar sus respetos a la familia y la memoria de Jose.
Intentar explicar con palabras lo allí vivido sería un trabajo imposible. Intentaré dar unas pinceladas con todo mi cariño y buen hacer, pero ni se aproximará remotamente a lo que, cada uno de los asistentes, pudo sentir durante las dos horas que duró el evento.
Comenzaré dando las gracias a todos los asistentes, tanto a los que pudieron compartir tatami como a los que asistieron desde las gradas, da gusto ver el cariño y amistad que logró despertar Jose en todos nosotros durante su intenso paso por el Aikido.
Me gustaría mandar también un fuerte abrazo a todos aquellos compañeros que aún queriendo, no pudieron asistir al homenaje. Todos ellos estuvieron perfectamente representados por los asistentes y seguro que la familia pudo notar su caluroso afecto en la distancia.
No me olvido de una mención especial a Sensei Urricelqui y todos aquellos que trabajaron para llevar la jornada a buen puerto. A todos ellos mi más sincero agradecimiento por su labor.
El evento se dividió en tres partes. Durante la primera, el entrenamiento fue dirigido por Sensei Ballesteros, maestro de Jose durante su primera etapa y responsable de sus primeros y firmes pasos por el mundo del Budo. Desarrolló un bonito trabajo desde el agarre Gyakku Hanmi Katate Dori.
La segunda parte y sin duda más emotiva, fue la entrega de unos detalles a los padres de Jose: Feli y Germán. Se hizo entrega de un cinturón negro simbólico, nivel que Jose tenía pero no tuvo oportunidad de demostrar en examen oficial, una bonita placa de recuerdo y un precioso ramo de flores.
Pero sobre todo, la familia de Jose se llevó el domingo todo nuestro calor y cariño, sabiendo que allí estaremos siempre para lo que necesiten. Ellos siempre seguirán ligados al Aikido, no sólo por el recuerdo de Jose, también por Raquel, su hermana pequeña, quien continua la senda marcial que abrió su hermano en la familia Barrios.
En esta segunda parte se completó con una exhibición de Aikido por parte de algunos de los maestros y alumnos asistentes. Como bien indicó Sensei Urricelqui, a Jose le encantaban las demostraciones de Aikido. Yo tuve la oportunidad de compartir espacio con él en algunas de ellas y era todo un espectáculo ver esa energía e ilusión en alguien tan joven, sin un ápice de nervios o timidez.
La tercera y última parte, estuvo dirigida por Sensei Urricelqui, maestro de Jose y encargado de consolidar sus pasos por el Aikido durante su adolescencia. Un arduo trabajo a esas edades que, sin duda alguna, encauzó de forma envidiable y fructífera. Propuso un interesante trabajo desde el agarre Ushiro Ryote Dori con el que los asistentes terminaron de desfondarse.
Antes de cerrar el post de hoy con algunas imágenes más de los asistentes, me gustaría enviar un fuerte abrazo a Feli, Germán y Raquel, así como reiterarles que aquí tienen a un torpe aikidoka para lo que sea menester, dentro y fuera de los tatamis.
Buenos días Guillermo:
ResponderEliminarFantástico reportaje, mi enhorabuena. Debió ser una jornada muy emotiva y refleja muy bien el respeto y el cariño que Jose despertó en todos los que tuvisteis la suerte de conocerlo. Su recuerdo seguirá muy presente en el camino de todos vosotros.
Un abrazo y muchas gracias por compartir con nosotros este merecido homenaje a Jose.
Miguel C.
Aúpa Miguel,
EliminarMuchas gracias por tus palabras, la verdad que fue un homenaje muy sentido por parte de todos.
Un abrazo.
merecido homenaje a Jose. D.E.P.
ResponderEliminarSin duda Pilar, muchas gracias por comentar.
EliminarUn abrazo.
Buenas Tardes, Guillermo,
ResponderEliminarCreo que fue un homenaje muy bonito y emotivo. Muchas gracias a ti por compartir con nosotros esta excelente crónica.
Abrazo fuerte.
Un placer amigo, la ocasión merecía una buena crónica. Muchas gracias por comentar.
EliminarUn abrazo.