El final del comienzo

- "Todo concluye, pero nada perece" - Séneca

- "La felicidad es saber unir el final con el principio" - Pitágoras

Hace unos días me enteré de una inesperada noticia: la actividad de Aikido del gimnasio Larraona quedaba cancelada. Aquel grupo de aguerridos aikidokas que comenzó allá por 2009 de la mano de Sensei Larraya y que continuó su sinuoso camino con Sensei Armendáriz a los mandos, ha cesado en su actividad.

Me siento triste, muy triste, no sólo por ser el Dojo donde di mis primeros pasos por el Aikido y al cual volver siempre era como retornar al hogar, si no porque en los tiempos que corren perder un grupo de Aikido es siempre una muy mala noticia, cada vez son menos...

Hoy en día los gimnasios se decantan por los deportes de contacto y el Judo, que es lo que la mayoría de la gente reclama, pero sobre todo lo que más dinero renta a final de mes con las cuotas, no deja de ser un negocio y lo entiendo aunque me duela.

Sin embargo, no puedo dejar de creer que siempre debe existir un hueco, aunque sea pequeño, para las artes marciales tradicionales, esas que fomentan otro tipo de inquietudes en los practicantes más allá del machacarse físicamente, competir, alcanzar un punto óptimo de autodefensa lo más rápido posible, etc...

Si, queridos lectores, allí donde todo comenzó se ha terminado y ha dejado un hueco en mi ya maltrecho y renqueante aiki-corazón. Solo espero y deseo que Sensei Armendáriz y el resto de aikidokas que forman la familia del Dojo Larraona encuentren donde proseguir su camino por el Aikido, ya sea buscando un nuevo lugar donde continuar todos juntos aprendiendo y disfrutando, o bien por separado, integrándose en los pocos grupos que aún quedan por estas tierras.

Desde aquí les envío un fuerte abrazo a todos ellos y les animo a continuar por la senda del Aikido. Nos vemos en los tatamis, no faltéis.