Parece increíble que después de cinco años, cuatro meses y cuatro días, lo que sería una condena al más puro estilo cinematográfico, un servidor haya alcanzado la primera estación, con cierta relevancia oficial, en el largo camino del Aikido.
Echando cálculos de forma rápida he deducido que habré empleado unas seiscientas horas aproximadamente sobre los tatamis antes de examinarme de primer Dan; si a esto le añadimos la cantidad de horas invertidas en compartir mi camino con todos vosotros a través de este pequeño blog y otros pequeños "trabajitos en la red", la verdad es que la cuenta se me dispara y ya no sabría calcular de forma exacta el tiempo destinado a tal efecto. Pero la pregunta real, la que me ronda últimamente por la cabeza es:
Ha merecido la pena?
Seamos sinceros, no lo sé, no tengo respuesta a la pregunta; mi corazón dice que si y mi cabeza insiste en que no. Hablaba Alexandra en su post de la inocencia perdida, de volver a esos primeros días sobre el tatami, la ilusión, los nervios...
Me encantaría también volver a esos días, no por los mismos motivos, si no para dedicarme única y exclusivamente a entrenar, sin haber mirado jamás todo lo que se esconde debajo de la alfombra del Aikido, cosas que ahora me resulta imposible ignorar y con las que no me siento muy cómodo, cada día me cuesta más mantenerme al margen, el inmovilismo nunca ha ido conmigo.
Si amigos si, me gustaría que me conectaran de nuevo a la Aiki-Matrix y no saber nada de nada, como le pedía Cifra al agente Smith en la película, pero mucho me temo que no es posible, creo que elegí la píldora roja hace ya algún tiempo...
En el otro lado de la balanza está la mayor parte de la gente que he tenido la oportunidad de conocer durante todo este tiempo. Gente de aquí y de allí, cada uno de su padre y de su madre, y por lo general, con un solo punto en común: el Aikido. Lo que te puede llegar a enriquecer como persona el convivir y/o mantener contacto con gentes tan variadas y diversas es algo maravilloso que valoro en gran medida y que a buen seguro no cambiaría por nada.
El examen de Shodan del otro día no era solo mi examen, era el examen de mucha gente, de todos aquellos que han invertido tiempo, sudor, enseñanzas, palabras, consejos, risas, tristezas, comentarios, ánimos, sufrimiento, abrazos e incluso lágrimas, siempre de una forma constructiva, sincera y sin pedir nada a cambio, a todos ellos: MUCHAS GRACIAS.
Hoy no hace falta dar nombres, éste no es un post para nombrar a nadie, cada uno que haya leído el párrafo anterior se habrá visto o no reflejado en mis agradecimientos, de esta forma me aseguro el que no me dejo a nadie en el tintero de los reconocimientos.
Puede dar la sensación, por mis líneas anteriores, de que estoy triste o enfadado; nada más lejos de la realidad, estoy muy contento y orgulloso de haber llegado hasta aquí y seguir disfrutando del Aikido sobre los tatamis como el primer día. La prueba de Shodan ha sido una auto necesidad para demostrarme a mi mismo que aprovecho bastante bien el trabajo diario, pero sobre todo, que mi entorno técnico y humano más cercano es un auténtico lujo.
Así que... ha merecido la pena?, ni idea, solo me queda continuar buscando una respuesta que ni siquiera exista tal vez. Quizás, dentro de unos años, con más perspectiva y experiencia, pueda conformar un veredicto justo a tan difícil cuestión, pero el miedo a que la respuesta sea negativa, para que mentiros, me angustia un poco...
Me encantaría también volver a esos días, no por los mismos motivos, si no para dedicarme única y exclusivamente a entrenar, sin haber mirado jamás todo lo que se esconde debajo de la alfombra del Aikido, cosas que ahora me resulta imposible ignorar y con las que no me siento muy cómodo, cada día me cuesta más mantenerme al margen, el inmovilismo nunca ha ido conmigo.
Si amigos si, me gustaría que me conectaran de nuevo a la Aiki-Matrix y no saber nada de nada, como le pedía Cifra al agente Smith en la película, pero mucho me temo que no es posible, creo que elegí la píldora roja hace ya algún tiempo...
En el otro lado de la balanza está la mayor parte de la gente que he tenido la oportunidad de conocer durante todo este tiempo. Gente de aquí y de allí, cada uno de su padre y de su madre, y por lo general, con un solo punto en común: el Aikido. Lo que te puede llegar a enriquecer como persona el convivir y/o mantener contacto con gentes tan variadas y diversas es algo maravilloso que valoro en gran medida y que a buen seguro no cambiaría por nada.
El examen de Shodan del otro día no era solo mi examen, era el examen de mucha gente, de todos aquellos que han invertido tiempo, sudor, enseñanzas, palabras, consejos, risas, tristezas, comentarios, ánimos, sufrimiento, abrazos e incluso lágrimas, siempre de una forma constructiva, sincera y sin pedir nada a cambio, a todos ellos: MUCHAS GRACIAS.
Hoy no hace falta dar nombres, éste no es un post para nombrar a nadie, cada uno que haya leído el párrafo anterior se habrá visto o no reflejado en mis agradecimientos, de esta forma me aseguro el que no me dejo a nadie en el tintero de los reconocimientos.
Puede dar la sensación, por mis líneas anteriores, de que estoy triste o enfadado; nada más lejos de la realidad, estoy muy contento y orgulloso de haber llegado hasta aquí y seguir disfrutando del Aikido sobre los tatamis como el primer día. La prueba de Shodan ha sido una auto necesidad para demostrarme a mi mismo que aprovecho bastante bien el trabajo diario, pero sobre todo, que mi entorno técnico y humano más cercano es un auténtico lujo.
Así que... ha merecido la pena?, ni idea, solo me queda continuar buscando una respuesta que ni siquiera exista tal vez. Quizás, dentro de unos años, con más perspectiva y experiencia, pueda conformar un veredicto justo a tan difícil cuestión, pero el miedo a que la respuesta sea negativa, para que mentiros, me angustia un poco...
A tí te escribo, sí, a tí,
al que hay detrás de esa aterrada mirada,
a tí que hiciste reino y lecho de la inmundicia del vivir,
al que traza malformadas realidades con la
dureza que te supone un simple amanecer,
a tí que hiciste de la rutina un de vez en cuando
y de la tristeza un guijarro en el bolsillo,
tú que borraste eslabones y cerrojos
mereces verbo, verso y beso,
a tí que te taladró el despecho,
que te desconchó el querer la pared del miedo
dejando a la vista infinitas tormentas de luz
y vida,
tú tendrás más que tinta,
tendrás recuerdo.
(Poema de Kutxi Romero titulado "A tí", del libro "Ruidografías" 1999)
Buenos días Guillermo,
ResponderEliminarYa no eres el mismo que pisó hace 5 años como principiante el tatami, has evolucionado y eso está bien, lo hacemos cada día en el tatami, en casa y en la vida. Has logrado llegar a esa primera etapa en el Aikido, muchas felicidades por este logro, seguirás evolucionando en el camino que tu elijas, lo importante es que disfrutes cada día, muchas gracias por compartir este día y todos los días con nosotros
un abrazo
Muchas gracias por tus palabras Carina, pero sobre todo por estar día tras día infatigablemente al otro lado de la pantalla acompañándome en el camino.
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena Guille por este Shodan, sin duda merecido. ¿Me permites una reflexión, que no un consejo? . Los grados Guille no son garantía de comprensión del arte que practicamos y tampoco lo son de dominio de técnica (un cuarto dan no es necesariamente mas "Aikidoka" que un tercero y si me apuras que un segundo). No entrare en disquisiciones mas profundas sobre ese tema ya que habría debate para varias horas y solo añadiré que tu "grado" deberás de demostrarlo sobre el tatami. El Tatami pone a todos en su sitio amigo Guille y a partir de ahora deberas de aprender a llevar sobre si esa responsabilidad de ser ya una referencia. No me cabe duda de que eso es mas que evidente para ti ya que sigo con asiduidad tus comentarios y se de tu compromiso con el Aikido. Esa reflexión compartida es mas experiencia de los años (los biológicos). Ya sabes aquello que mas sabe el zorro........... Enhorabuena de nuevo. Dominique
ResponderEliminarInteresante reflexión la que hoy me mandas Dominique, que duda cabe que ahora tengo más responsabilidades hacia el Aikido y sobre todo con mis compañeros y maestros, necesitaré tiempo para buscar mi sitio e intentar ser un pilar firme en nuestra pequeña comunidad aikidokil...
EliminarUn abrazo.
Hola, Guillermo,
ResponderEliminarMuy bonito texto. Cada vez más debemos caminar rumbo à la conciencia, es esta nuestra caminata,; como dice Carina, cambiamos a cada segundo, pero existe algo en nuestro interior que nos motiva, creo que es nuestra esencia. Todo fue a su tiempo, como debería ser, pero, existe tu mérito, también, que siempre continuó practicando y con la voluntad de mejorar. Enhorabuena, una vez más, con certeza es una graduación que tu mereces.
Abrazo fuerte.
Me encanta leer siempre tus palabras, nunca exentas de cierto misterio zen, y pienso que soy muy afortunado de tener a alguien como tu que me hace pensar un poso más allá de lo que mis ojos ven a ciencia cierta. Muchas gracias por tu amistad Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Guillermo!!! Muchas felicidades otra vez! :)
ResponderEliminarInteresante reflexión, pero como los cinturones que cambian de color, es normal que también lo haga nuestra forma de ver las cosas, ahora además de las técnicas y habilidades marciales tienes un plus de sabiduría ;)
Hablando de mitos, cuenta uno que cuando Guillermo hizo su examen, Chuck Norris salto hasta la luna para tener mejores vistas del gran evento. :D :P
Un abrazo!
No podías faltar a tan importante fecha, eh Adrià?, me alegro mucho por ello y recuerda siempre que un pliegue de mi hakama te pertenece. No creo que hubiera logrado llegar, ni por asomo, hasta este punto sin tu apoyo incondicional en los duros comienzos. He aprendido mucho sobre el tatami contigo, pero me quedo con tu vitalidad y caracter incansable, siempre con una sonrisa y mirando al frente sin miedo.
EliminarUn abrazo.
Buenasssss Guille....
EliminarVaya, la entrada que trata sobre ti la que más comentarios tiene? Ummmm que no se te suba eh? :-)
Yo como estaba haciendo el examen a la vez que tú no me pude fijar en lo bien que seguro lo estabas haciendo. Como sabes y ya me conoces después de tantos años juntos, soy menos reflexivo en estas cosas. No me gusta compararme ni medirme con nadie en el aikido. A veces es inevitable cuando ves a aikidokas (po ejemplo en cursos) que te llame la atención el estilo o ejecución de algunos, por lo bien que les sale todo, y por tanto internamente el cerebro lo compara con uno mismo.
En mi caso, me ayuda a mejorar, sin estrés, y me indica el ritmo que mi cuerpo y mente es capaz de asimilar el aikido.
Asi q en mi opinión, mejor no estar en las nubes y seguir practicando y aprendiendo siempre (cuando quieras hacemos randori)
Buen finde
Zorionak!!
ResponderEliminarYa tendrás tiempo de darle vueltas y darle una conclusión y un significado al examen y lo que supone. Por lo pronto, te lo has quitado de encima, te has probado y has pasado. Quédate con eso, y a seguir entrenando.
Muchas gracias por el briconsejo de hoy Peio Sempai, espero seguir contando con tus magníficas aportaciones, siempre buscando esas rarezas que tienes a bien compartir conmigo de vez en cuando.
EliminarUn abrazo.
Otra vez más, enhorabuena!!!!! La foto es muy majica, me encanta!!!! Ahora, otro post con la foto de tu obi negro >< >< >< Un abrazo!!!! <3
ResponderEliminarMuchas gracias Alexandra!!!! Lamento comunicarte que todavía no tengo obi negro, pero te prometo que en cuanto posea uno, publico un post con la foto xD.
EliminarUn abrazo.
Felicidades Guillermo, a buen seguro que te lo habras ganado a pulso.
ResponderEliminarMuchas gracias Adolfo, al final esto de las AA.MM no se trata más que de constancia y trabajo, no hay más trucos, tu lo sabrás también.
EliminarUn abrazo.
Efectivamente, constancia y concentracion.
ResponderEliminarNos vemos!