Crónica de mi primera visita al Dojo de Larraina en Pamplona

Ha costado cuatro años pero por fin me decidí, el jueves pasado visité por primera vez el Dojo de Larraina en Pamplona.

Creo que con esta visita cierro totalmente el círculo de los dojos de Aikido de nuestro grupo en Navarra y ya puedo decir que he entrenado en todos ellos, ahora solo falta repetir, si es que me continúan permitiendo el acceso a alguno de ellos... xD.

Para quien no conozca C.D. Larraina puede pinchar este enlace, donde se encuentra toda la información sobre localización, horarios, etc...

El caso es que en realidad, para el jueves pasado, yo tenía prevista una visita al Dojo de Sarriguren, pero por cosas del destino el Aikisaurio Joaquín tuvo que impartir la clase de ese día en Larraina, donde entrena de normal, así que no se podía desaprovechar la ocasión de verlo en acción en su propio ambiente.

Del entrenamiento en si no voy a dar mucho detalle, no es la función de este post, pero si me gustaría reseñar un Kokyu Nage desde Shomen Uchi en el que Tori primero realiza Ikkyo, pero tras la absorción comete el error de dejar a Uke incorporarse de nuevo, es entonces cuando rápidamente se agarra su brazo, se toma su centro creando el vacío y se le proyecta como si fuera la caída de Kote Gaeshi. Ya se que me he explicado fatal, pero la técnica me encantó.

Ahora si, lo que me gusta de este tipo de visitas son los pequeños detalles que hacen de cada sitio un lugar especial. Para Larraina destacaría dos en particular: el más importante es el fantástico ambiente de camaradería y buen rollo que se percibe entre los compañeros, lo cual desemboca en una calurosa acogida que me daba la sensación de llevar años entrenando allí. El segundo es lo bonito que es el tatami, cuando entras da la sensación de estar en uno de esos antiguos dojos japoneses estrechos pero con historia y solera, un entorno físico ideal para la práctica del Aikido.

Para terminar me gustaría agradecer a Joaquín la invitación, y felicitarle el cumpleaños que fue este lunes, y agradecer a todos los compañeros con los que tuve oportunidad de entrenar su amabilidad y acogida durante esa hora y media de entrenamiento. Por supuesto recomendaros que les visitéis si tenéis ocasión, merece la pena, y para todos los que anden buscando un lugar para practicar, sobre todo si es céntrico, este puede ser un gran sitio.