Crónica de mi visita al Dojo Coliseo de Vecindario en Gran Canaria, octubre de 2013

Tienda cerrada en Puerto de la Cruz

El pasado 5 de Octubre Laura y yo nos casamos, efectivamente yo estoy igual de sorprendido que vosotros de que ella accediera libremente xD. Nos fuimos de viaje a Tenerife, concretamente a Puerto de la Cruz, y a Gran Canaria, en la zona de Playa Meloneras, unas vacaciones de relax total donde pudimos disfrutar de un clima excelente.

El caso es que no podía desaprovechar la oportunidad de conocer a Carina en persona, y como no, de entrenar Aikido en su Dojo, a las órdenes de Sensei Manuél Hernández, en el Gimnasio Coliseo de Vecindario, una pequeña localidad en la isla de Gran Canaria.

El martes 15 de octubre vino Carina a buscarnos al hotel en su corsa amarillo, todo un clásico de las cuatro ruedas xD, y junto con Váldemar y Jesús nos fuimos a entrenar hasta Vecindario, dejando a Laura en un centro comercial cercano, cada uno con sus aficiones jejejejeje.

Ahora fijaros bien en la primera imagen que ilustra la entrada de hoy: "Abro cuando llego, cierro cuando me voy, si vienes y no estoy, es que no coincidimos", con dos cojones, si señor!. Esta foto la tomé en Puerto de la Cruz y demuestra a la perfección la forma y filosofía de vida que se lleva en la islas, de la cual tenemos mucho que aprender, pero además está íntimamente relacionada con lo que fue la clase de Sensei Hernández ese día.

Los entrenamientos en este Dojo son diferentes a lo habitual, para los que leéis habitualmente a Carina esto no es ninguna sorpresa, les encanta aprender Aikido haciendo juegos. Por ejemplo, en mi visita, estuvimos trabajando con jarrones imaginarios, llevándolos a la estantería, dejándolos en el suelo, dándoselo o recibiéndolo de un compañero, todo ello para trabajar la postura correcta, el momento preciso y la visión periférica.

Con Carina en el paseo marítimo

Si Tori y Uke no van a la misma velocidad no van a coincidir y el jarrón que le queremos entregar va a caer al suelo y se va a romper, o lo que es lo mismo, vamos a terminar haciendo daño, seguramente a Uke. Es por eso la importancia de que haya una comunicación correcta entre los dos y que ambos coincidan en el punto y momento correcto para una efectiva ejecución de técnica. Todo esto pude aprender tan solo con unos simples juegos y con muchas risas. Por supuesto la clase dio para mucho más, pero quería hacer una reseña especial a este concepto, por si alguien lo puede aprovechar. Como veis la imagen primera de la entrada nos explica más o menos lo mismo, no podemos comprar si el tendero no está y él no pude vender si no vamos a comprar cuando abre...

Desde aquí quiero agradecer a Sensei Hernández, Carina y todo el grupo de aikidokas que conforman el Dojo Coliseo, la oportunidad de entrenar con ellos y sobre todo la calurosa bienvenida que me dieron, me sentí como uno más, y eso no se logra en todas partes. Me hubiera gustado entrenar algún día más, pero no fue posible, así que tendré que volver en otra ocasión para continuar aprendiendo de esta gran familia de aikidokas insulares!

Para terminar os dejo una selección con unas pocas fotos del viaje, para el que no haya estado le recomiendo que visite las islas en alguna ocasión, merecen la pena y no defraudan.

Atardecer en Puerto de la Cruz

Puesta de sol en Gran Canaria

Laura vendiendo pescado con una amiga

Vistas a 3.500 mts desde el Teide

Curiosas recomendaciones para ir de concierto

Foto cedida por Carina (Para ver foto original pinchar aquí)