viernes, 17 de mayo de 2013

Las crónicas de Adrià (Episodio 17)

Hola!!

Este fin de semana me he ido a la montaña de Huangshan, IMPRESIONANTE!


Llevábamos ya un tiempo organizando un viaje entre unos cuantos farmacéuticos del hospital y este viernes, después de comer, nos fuimos diez con una furgoneta del hospital hacia Huangshan (que significa literalmente la montaña amarilla). Para ir des de Shanghai a Huangshan necesitamos seis horas, con lo cual, llegamos ya de noche y nos hospedamos en un hotel al pie de la montaña. Esa noche aprovechamos e hicimos una pequeña fiesta con tarta y todo para celebrar que había sido mi cumple.


Al día siguiente, nos levantamos a las seis y media para poder aprovechar el día. Tras desayunar, nos subimos a la furgoneta donde el chófer nos dejó en el teleférico de Taiping. Conseguimos saltarnos la cola gracias a un amigo y nos subimos con el teleférico a una de las cumbres de la montaña. Estas montañas están caracterizadas por sus escarpadas paredes y los caminos suspendidos que las recorren.


Primero nos dirigimos a la zona más “peligrosa” (no hay para tanto) de la montaña donde nos adentramos en el gran cañón de Xihai. Esta ruta, que fue la parte más interesante y con menos turistas, está compuesta por dos anillos, los cuales, durante el invierno están cerrados y esta vez, solo pudimos ir por uno de ellos, ya que el segundo estaba cerrado. Aún así, El primer anillo (se les llama anillos simplemente porque el camino da un gran rodeo y vuelve al mismo punto) nos llevó por las zonas más escarpadas de la montaña donde el paisaje estaba compuesto por picos y formaciones rocosas con árboles y algunas flores creciendo en las grietas de estas adaptando formas retorcidas pero muy bonitas.


Tras terminar con el primer anillo, nos dimos un pequeño descanso para comer algo antes de continuar, porque esto de subir y bajar escaleras sin parar, no todo el mundo lo llevaba bien. Tras darles un descanso, nos fuimos hacia el pico más alto pasando ante por algunos puntos interesantes como una roca gigante que se aguanta encima de un pico y que llaman algo así como la roca voladora. Sobretodo allí (por que no había escapatoria) y durante toda la excursión, el que se convirtió en atracción turística en lugar de las montañas, fui yo. No me había hecho tantas fotos con gente desconocida en mi vida! Todos los chinos querían hacerse fotos conmigo o con mi compañera que también es extranjera, incluso llegó un momento en el cuál necesitamos que nuestros compañeros del hospital nos rescataran a ambos, ya que si no, no hubiéramos podido marchar de allí :P


Seguimos por el camino y a medida que nos acercábamos al hotel que hay en la montaña, aumentaba el número de personas, al final era como estar en una calle de la ciudad… Cuando llegamos por la zona del hotel, fue interesante descubrir que este posee un radar en el tejado, con lo cual creo que lo hace el primer hotel que conozco equipado con un radar!! Para que lo usaran? A caso militar? Las malas lenguas dicen que alguna cosilla hay por allí.


Otro hallazgo simpático que hicimos por el camino, fueron un par de monos a los que algún turista les daba algo de comer.

Tras pasar el segundo teleférico, empezamos el descenso por las escaleras del este y tras bajar mucho, llegamos al final de nuestra excursión, donde nos esperaba nuestro chófer. Resultado del día, 9 quilómetros y cinco horas andando escaleras para arriba escaleras para abajo :)


En general, si algún día vais por allí, os recomiendo que subáis con algún teleférico, ya que lo más interesante se encuentre arriba (Los anillos del gran cañon de xihai y el resto de puntos por el camino) si perdéis toda la mañana subiendo las escaleras infinitas, al llegar arriba, a no ser que paséis la noche en el hotel, no hay tiempo para poder ver la zona.


Tan solo dentro de la gran experiencia que supuso esta caminata, hay un concepto que se ve mucho aquí en china y que personalmente no me gusta nada. El concepto de que el mundo de puertas para afuera de mi casa es mi basurero particular, tanto en la ciudad, pueblos, montaña… mucha gente tira basura sin importarle absolutamente nada. Eso se veía reflejado en la cantidad de papeleras que pudimos encontrar por el camino (des de cuando en la montaña hay papeleras??) y aún así como la gente era incapaz de tirar las cosas en ellas, y las tiraban en el suelo dos metros de estas. Por supuesto había “equipos de limpieza” pero aquello de que la basura que genero en la montaña me la llevo conmigo, aquí no existe.

La segunda noche, la pasamos en la ciudad de Hunagshan en un hotel con baños termales de distintos tipos y aromas (jingseng, café, rosas, vino…). Tras cenar, nos pasamos allí el resto de la tarde en remojo hasta que nos echaron a las doce de la noche.


Al día siguiente, nos dirigimos al pueblo de Honcun, que es de un estilo antiguo, tanto, que cuenta con casas de más de cien años de antigüedad. Tuvimos la suerte de quedarnos a comer en una de ellas que se encontraba en muy buenas condiciones y terminé comprando un vino de arroz que servían dentro de cañas de bambú, usándolas de botellas.
Al mediodía, tras haber comido bien, empezamos a volver hacia Shanghai, llegando aquí a las siete y media de la tarde.
  

 
 
 

7 comentarios:

  1. Gracias Adriá por compartir esta interesante excursión y las fotos
    un abrazo y buen fin de semana a tod@s

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  2. Hola, Adrià y Guillermo,
    Fantástico este viaje para la montaña.Muy buenas fotos.
    Buen finde a todos.
    Abrazo.

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  3. Genial Adriá muy interesante la excursion y muy buenas las fotos, hubiera estado bien ver a todos los chinos haciéndose fotos contigo jejeje.
    Un saludo y buen finde a tod@s.
    Ignacio(Larraona)

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    1. Aupa Inaxiooooooooo, bun fin de para tí también!

      Un abrazo.

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  4. Adriá celebrity, lol
    Una cosa, has dicho... aroma a vino?, dices vino del de aquí? como va eso?

    Molan las fotos, la verdad.

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