Quería proponeos una reflexión.
El Aikido, así como otras disciplinas marciales, finaliza en "do". Este sufijo significa "via, camino", entendiéndolo como una evolución y un desarrollo personal. Es, en palabras de nuestro maestro de Aikido, José Santos Nalda, una "escuela de vida".
Comencé a entrenar artes marciales al comienzo de los 90, y desde luego en aquél entonces realmente ni siquiera conocía esa faceta más trascendental. Poco a poco, con el tiempo, me fui dando cuenta de que centrarse en la parte más física para buscar bienestar, desconexión, etc. es limitarse. Personalmente me han aportado a nivel moral y personal unos cimientos sólidos que me han ayudado a valorar y disfrutar la vida de otra manera.
O'Sensei dijo: "el Aikido es amor", "es la armonía con el universo".
Hoy en día, el ajetreo diario, las responsabilidades y, en general, la vida que la sociedad nos empuja a llevar, acaparan nuestra concentración y tiempo. En todos los gimnasios que frecuento veo un denominador común en cuanto al objetivo de la gente: sudar y pasarlo bien. Son 2 deseos muy claros que predominan en la mayoría de las personas que hoy en día entrenan en los gimnasios con regularidad. En ningún momento lo critico, en un principio yo mismo entrené así, y lo veo perfectamente respetable y saludable. Pero mi reflexión es esa. Al asistir a clases de artes marciales encuentro una fracción de la gente que puede haber en otro tipo de actividades contemporáneas. La música y entretenimiento que ofrecen satisface mucho más a la mayoría de la gente.
La reflexión que os propongo es precisamente que valoremos, y permitamos que el espíritu del Aikido nos inunde, como camino de paz, armonía y amor. Reflexionemos antes de acometer ninguna acción, en ese mensaje que, sin darnos cuenta, podemos y debemos tratar de asimilar; de propagar. Disfrutemos y honremos a los fundadores estos caminos y filosofías de la mejor manera que existe. El camino del samurai goza de 7 virtudes que lo construyen: Rectitud, Coraje, Benevolencia, Respeto, Honestidad, Honor y Lealtad.
Reflexionemos.
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